miércoles, 6 de octubre de 2010
Conciencia y organización
Otro de los comentarios que se han escuchado es que al Gobierno no le quedaba más remedio, que estaba obligado por Europa. No es cierto. Sí hay una solución para esta crisis, pero no puede ser la de las recetas neoliberales, la de acentuar los abusos del capitalismo. Hay que obligar al gobierno a rectificar, pero no podemos ilusionar a la gente con que los monopolios van a renunciar a su ambición por una huelga. La movilización tiene que ser prolongada en el tiempo, modificando la conciencia y el nivel de organización de los trabajadores. Hay que cambiar la correlación de fuerzas en este periodo, algo indispensable si queremos que una línea alternativa comience a perfilarse en este escenario de recortes sociales.
En CGT tenemos claro que con una huelga general puede no ser suficiente para obligar al gobierno a rectificar, pero no es verdad que la huelga "no sirva para nada", como se está insistiendo desde los medios de comunicación con el fin de desmoralizar a los trabajadores. La huelga, que ha sido un éxito, ha servido y ha servido para mucho. Ha servido para desentumecer los músculos de la clase obrera, para que esta sea más consciente de su fuerza, para que más trabajadores sean conscientes de los ataques y de la necesidad de organizarse y de luchar.
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