El pasado 26 de agosto se personó en las dependencias de Personal, en GSS, un inspector de trabajo a raíz de la denuncia interpuesta por CGT y UGT, cuando a la empresa se le ocurrió quitar una de las pausas de PVD, la última, con el argumento interesado y rácano de que el trabajador ya terminaba su jornada ordinaria y no necesitaba descansar más. Delante de Ana Calvet, que no dejaba de soltar el trapo con bromas de chusco humor, el inspector fue diáfano: son cinco minutos por cada hora de
trabajo. No había otra. El Tribunal de Supremo había sido contundente al respecto. A continuación solicitamos por escrito que se comunicase a todas las plataformas la resolución y que no hubiese un solo trabajador con menos pausas que la ley establece.
Lo insólito llegó después. Haciendo gala de un autismo extravagante, el Director de recursos humanos, Julio Alberto Pérez Rosales, comunicó textualmente por correo electrónico a todos los sindicatos: “En este sentido reiteramos nuestra obligación de cumplir lo establecido por la Patronal del sector hasta que no se nos comunique lo contrario, según se acordó en reunión del pasado mes de julio. Por tanto, y dado que en ningún caso se ha quitado pausa alguna, mantenemos la postura vigente en este momento”. Estos lo que quieren es caña, y caña van a tener. Prefieren que les sancione primero la Administración a cumplir un requerimiento de Inspección de Trabajo. La soberbia no suele iluminar los senderos de la razón. Por parte de CGT no habrá inconveniente de ir con el susodicho correíto la a Inspección de Trabajo.
La notificación misteriosa
Damas y caballeros, existe una fantasmal notificación de Personal que instruye a coordinadores, supervisores y jefes de servicio acerca de la obligatoriedad de reducir el tiempo de descanso de los compañeros que en una jornada han empleado más de la mitad de su turno de trabajo en ir al médico.
Totalmente ilegal, otra de las ideas de la dirección de la empresa para aumentar su productividad a costa nuestra. Por arte de birlibirloque, cuando preguntas a la jefa de Personal, la señora Calvet, por este correo tramposo, lo niega con contundencia, y pregunta dónde hay algo escrito al respecto. A reglón seguido, vamos con toda nuestra inocencia a contarle al jefe de la campaña lo que nos ha dicho la autora de la desmentida notificación, y éste nos vuelve a ratificar la notificación de la Calvet. ¿A quién creer? Mientras tanto, continúan imponiendo la medida arbitraria a los trabajadores de GSS.
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