
Acuerdos y normas pasaron a un segundo plano, porque no había más ley que la suya. El desorden de la soberbia, de nuevo. En seguida nos comenzaron a llamar los compañeros de la
plataforma de Banco Popular, alarmados por la situación creada. Aquel que anunciaba que iba a cogerse horas médicas, era prevenido con que sólo tenía una hora de ida y otra de vuelta, lejos de lo establecido por convenio, y acuerdo entre empresa y sindicatos.
Por otra parte, el dimensionamiento no se entregaba con una semana de antelación; es más había cambios en los turnos que no se notificaban al trabajador con tiempo suficiente, de tal forma que quien regresaba de las vacaciones, por ejemplo, descubría que aquel mismo día le tocaba librar, contrario a lo
que le habían informado previamente. Y todo ello, con un trato alarmantemente grosero, practicando unas ínfulas de relamido supervisor, que superaba con creces a su mentora.
CGT ha impulsado una campaña para denunciar estos ataques de los derechos básicos de los trabajadores. Hemos hablado con Olivia Vera responsable de esta campaña en GSS y con los jefes de Recursos Humanos a nivel nacional. Nos han dicho que van a tomar medidas. Estaremos en alerta y si es necesario tomar otras medidas, empezando por la huelga y terminando por el conflicto colectivo lo haremos, para eso estamos.
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