miércoles, 10 de noviembre de 2010

CIEGOS, SORDOS, MUDOS

Así es como pretenden tenernos a los trabajadores la clase política de este país, la patronal y los principales medios de comunicación; en un estado de alineación permanente donde combinan el miedo y la promesa de una estabilidad económica precaria y mendaz. Nos quieren sumisos, entregados al proyecto de miseria que tienen para nuestras vidas, “Chitón, o te doy”, parece que nos dicen día a día en las plataformas de telemárketing.La patronal de este sector lo tiene muy claro: arrasar con nuestros derechos hasta que el próximo convenio se transforme en una cadena de normas y obligaciones para el trabajador, donde al empresario se le facilite cualquier medida que tenga como objetivo aumentar la productividad y el incremento de beneficios.Observemos, sino, lo que ya está ocurriendo en GSS: esta empresa aplica en estos días una de las propuestas de la Plataforma de Negociación de la patronal: el despido exprés a los indefinidos. Parece que nos hemos convertido en conejillos de indias. Desde Personal se está ofreciendo una modificación sustancial de trabajo con 15 días de preaviso (cuando por ley son 30), para que de este modo te vayas a la calle con 20 días por año, con un máximo de 9 mensualidades.




El despido improcedente ha dejado de existir en GSS. La nueva moda es comunicarte, con la firma de dos testigos, tu conversión obligada a indefinido, y en ese mismo momento una modificación sustancial a un turno que la empresa sabe que no vas a poder realizar, por lo que te verás obligado por ello a rescindir tu contrato. De este modo la empresa se ahorra como mínimo 25 días de salario de cada trabajador.


Frente a estos abusos empresariales, que vemos todos días, es necesario que todos DIGAMOS BASTA, unos pocos no bastamos. Es importante que cada uno de nosotros medite y valore si le merece la pena quedarse sentando en su puesto de trabajo durante la HUELGA  del próximo Jueves 11 de Noviembre que se convoca en protesta por las BARBARIDADES que quiere la patronal introducir en el nuevo Convenio. Tengamos presente una realidad inapelable: el 90 por ciento de los trabajadores somos de operaciones, y nuestra posibilidad de ascenso y la de obtener un mayor grado de profesionalización es tan remota, como la de encontrar una aguja en un pajar; saber que la patronal en todo momento busca la rotación de la plantilla, que en GSS esta rotación es  del 86% en operaciones, por lo que más pronto o más tarde estaremos despedidos por un motivo u otro; que las sanciones hoy en día se están aplicando en torno a unos ratios de venta; que nos están haciendo escuchas todos los días, siendo grabados durante nuestro trabajo y en los turnos de descanso, hasta el punto de despedir a una compañera por criticar a la empresa en una conversación privada (cuidado con cualquier teléfono de GSS, que esta gente emplea técnicas de la Gestapo).


¿Divide y Vencerás?

Mejor que vosotros, no lo sabe nadie. Las amenazas son continuas. Hay algunos coordinadores de las plataformas que han perdido el norte, y por agradar a su jefe más inmediato se han convertido en meros delatadores, acusando a sus propios compañeros de trabajo de lo que oyen entre llamada y llamada. ¿Creen que con este proceder van a conservar con mayor garantía su puesto de trabajo? El descontento cada día es mayor, y GSS sabe que sólo la  política del miedo podrá acallar las protestas y el malestar general, porque quieren y nos desean maniatados, sin otro horizonte que cumplir con los objetivos. La satisfacción del empleado le importa un bledo. Nos muestran los incentivos de las campañas como un modo de cobrar más, pero llegado el momento comenzamos a adivinar para qué sirven realmente: para generar conflictividad entre los propios compañeros. Ellos, claro está, lo llaman competitividad. Si algún compañero cae enfermo y no puede acudir a su puesto de trabajo, los ratios comunes ya no se podrán cumplir por lo que se esfumaron los incentivos. Ah, pero la empresa en estos casos se explica de maravilla e identifica ante los demás, quién ha sido el culpable de la pérdida. Otro método que emplean estos bellacos es la de publicar las ventas de todos los compañeros de una plataforma, para fomentar la envidia y rencillas. Y lo justifican en aras de una mayor claridad. Claro que cuando no se cobran los incentivos y preguntas, la respuesta de la patronal es siempre la misma: los pueden dejar de pagar cuando quieran, porque no están obligados por ningún acuerdo. Esta es la política de GSS: DIVIDE Y VENCERAS. No podemos tolerar que nos amedranten con esta política del miedo implantada, no sólo en GSS, sino en la sociedad en su conjunto. Todos somos conscientes de que ahora vivimos peor, más explotados, cobramos menos y gastamos más, pero seguimos pagando porque estamos atados a muchas cadenas: hipotecas, préstamos personales, créditos, recibos, etc…Cuando nos despidan, con una mano delante y otra detrás, todas estas trampas financieras nos ahogaran. Los miembros de este sindicato somos conscientes de que la única salida a esta situación la tiene la lucha de los trabajadores, que nos vean unidos, y con determinación. Debemos continuar con los paros y las asambleas, no nos queda otra. Debemos ganarnos el respeto que de forma tan miserable nos quieren arrebatar. No, no somos robots, ni voces sin alma: somos operadores de un trabajo que exige preparación y constancia. Que sin nosotros, la empresa no es nada: unas siglas pretenciosas, no más. Tenemos que demostrarles que, además, no vamos a estar dispuestos a que fructifiquen sus planes en esta empresa. 


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