sábado, 10 de diciembre de 2011

La sopa boba de los López

Los sueldos miserables que recibimos por nuestro trabajo llevan inscritos la infamia de los beneficios que los accionistas del Grupo GSS reciben en sus despachos de codicia y usura. Pretenden que no haya más que trabajadores que dejen su salud y vida para sobrevivir bajo las condiciones que imponen, y que forjen las cadenas para ellos y sus propios hijos. Luego llegan los premios y medallas que le cuelgan al Presidente del Grupo GSS, Vicente López, en su percha blanca, entre una multitud de faisanes idiotas y cacatúas, y donde, como dijera Lorca, el hombre termina orinándose en una deslumbrante  paloma.
No, no existen vuestros desvelos y esfuerzos en sus libros de cuentas y resultados; les importa un bledo que cada mes tengáis más dificultades en mantener vuestras casas y familia. Las peticiones de los Comités de Empresa para que los salarios se incrementen, al menos, según el IPC, son recibidas con desprecios y sonsonetes, avaros hasta en argumentar razones.  Sus silencios de orgulloso urogallo manifiestan su  jugosa codicia y seca conciencia.
Sin embargo, la arrogancia extravía hasta el bajel más poderoso. 


Una paja costosa en el ojo amoroso




Como recordábamos en un anterior número de El Grito, Vicente López no se cansa de repetir que se siente como una madre celosa de sus empleados, y suponemos que ese es el motivo por el que instala cámaras de videovigilancia en los lugares más insospechados como la salas de descanso de los trabajadores. Ejemplo evidente lo tenemos en nuestro centro de trabajo de Alfonso Gómez 45 en Madrid. Desde hace un año, la Sección Sindical de CGT ha promovido ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) varias denuncias al respecto, y ahora este organismo ha iniciado un procedimiento sancionador que le va a costar muy caro a GSS.
Piensan que sus trabajadores somos animales o mercancía a la que pueden grabar con total impunidad, que han perdido sus derechos más básicos como es el de la imagen y su dignidad por pertenecer a la plantilla de este tingladillo de empresas.  
El director de la AEPD, José Luis Rodríguez, tiene otra opinión al respecto, desde luego. Le ha abierto a GSS un expediente por infracción grave por el que podría multar a la empresa entre 40.000 a 300.000 euros por “tratar los datos de carácter personal (...) con conculcación de los principios y garantías establecidos en la ley que regula la protección de datos a través de la toma de imágenes con equipos electrónicos y digitales”.  
Pero hay más; el ojo amoroso y maternal de Vicente López ha pretendido grabar también a los transeúntes que pasaban cerca de las instalaciones de la empresa. Una cámara de GSS recogía, por lo que sabemos, gran parte de la calle de Alfonso Gómez. La fiscalización de la vía pública podría costarle a la empresa otra multa de entre 40.000 a 300.000 euros.
Como no podía ser de otra forma, los organilleros sindicales de la empresa, CTI, han puesto el grito limonero en el cielo proclamando la insensatez de la denuncia, dado que el único fin que se perseguía con tanta cámara era la seguridad de los trabajadores debido a  la cantidad de robos que se producían en las instalaciones de GSS. Mentira.
El responsable de esta desagradable situación no es otro que el Director de Personal, Julio Alberto Pérez, que, cegado por un olvido, vidente y visionario, tiene entre sus máximas de oráculo la que reza: mis huellas adivinarán tus pasos. Conociendo que las distintas secciones sindicales realizaban actos como asambleas o convocatorias de consulta en el Office, nuestro personaje instaló una cámara que siempre le ha servido como medio de coacción y restricción a la libertad de los trabajadores para poder relacionarse con sus representantes legales.
Que le pidan cuentas a él, y no a nosotros, de la multa hermosa que va a tener que pagar los dueños de la empresa.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Está claro que a ellos no le importan nuestras cuentas, y la manera en la que nos organizamos para poder vivir de manera normal. Tampoco pedimos lujos, simplemente poder vivir y ser reconocidos en nuestro trabajo. Algo que, por el momento, yo no he vivido.

Anónimo dijo...

Que gran verdad

Anónimo dijo...

Habéis borrado comentarios.....

Anónimo dijo...

De este tema creo que no se ha borrado nada, yo soy la persona que escribió lo primero el día 10 de Diciembre.

Anónimo dijo...

Nada, dejalos, si deben ser del cti, el antisindicato.