lunes, 20 de junio de 2011

La batalla de formación

Por fin hemos obligado a GSS Line a cumplir el acuerdo que firmamos en Madrid con el resto de secciones sindicales para que, por primera vez, existan horas de formación dentro el horario laboral y que redunde en vuestra mejora profesional y personal. Fueron 900 horas las que luchamos a brazo partido con estos sinvergúenzas, y sobre las que recibiréis información en las próximas semanas con respecto a qué se van a destinar. Ha habido que llevarles ante la Fundación Tripartita para la Formación del Empleo, compuesta por la Administración Central, la patronal y los sindicatos mayoritarios, para que arriasen la bandera del despotismo.



En Badajoz, nada de nada

Sin embargo, la situación no es la misma en Badajoz; allí, y a pesar de las falsas promesas de Rosario Laso, directora de recursos humanos en el Grupo GSS, la empresa finalmente se ha negado a llegar a ningún acuerdo. No vamos a permitir este ninguneo. Y os vamos a decir cómo. CGT ha promovido para el mes de julio elecciones sindicales parciales en Badajoz, y vamos a centrar nuestras fuerzas en estas plataformas. Queremos estar presentes en su Comité de Empresa para que podamos exigir en la capital extremeña lo mismo que en Madrid.

viernes, 10 de junio de 2011

¿Bonus o Malus?

Los delegados de prevención de CGT en Madrid hemos descubierto que esta empresa es capaz de exponer las propuestas más desvergonzadas sin que al rostro de sus responsables se les asome el más mínimo rubor. Conocíamos su afán por recibir incentivos y subvenciones del dinero público del estado, para engrosar sus arcas, capaces de manipular cualquier realidad, aunque esta fuera la de la salud de todos vosotros, elaborando informes falsos y noveleros que ocultaban, o trataban de ocultar a nuestra vista, y que caían en la mesa de algún funcionario confiado. Las trapacerías de estos señores es una historia sin fondo, verdadera fascinación por trincar ayudas de la administración, y de las que luego alardean en sus asociaciones empresariales por ver si también cae algún premio señero, tras comilona de rigor.

Lo que no nos esperábamos es que creyesen que nosotros íbamos a ser cómplices de tales artimañas. La avaricia debe resultar ciega, estúpida o fatalmente arrogante, incapaz de reconocer la contumacia de los hechos.

A finales de febrero, desde el departamento de prevención de la empresa, se nos propuso firmar un cuestionario manipulado y falso con el propósito de solicitar una serie de incentivos públicos, enmarcados en el programa “Sistema Bonus”, destinados para todas aquellas empresas que se hubiesen distinguido por sus actuaciones en materia de salud laboral. Les urgía mucho porque el plazo de presentación, a través de Fremap, era breve, y nos invitaban a pasar cuanto antes para certificar dicho documento.

El Bonus no era cualquier cosa. Podría suponer para GSS la reducción de un 5 por ciento del importe que paga por contingencias profesionales, es decir, aquellas bajas que se dan entre los trabajadores por accidente laboral o enfermedad profesional. Un dinero que podrían obtener siempre que nosotros testificásemos sus “bondades”.


El día que nos tuvimos que reunir con ellos, Ana Calvet, jefe de Personal, y auténtica conductora a la sombra del departamento de prevención, y David Paz, técnico del mismo departamento, que ha mostrado siempre una sumisión vergonzante con respecto a la dirección de la empresa, hicieron gala de una amabilidad hasta entonces no sospechada. Una de las delegadas de prevención, bastante inocente, incluso llegó a creer que nos iban a traer unos canapés y pastelitos.

Nos presentaron una encuesta ya hecha, manipulada, a la que sólo debíamos incluir nuestras firmas. El primer requisito que según ellos cumplían era no haber sido multados por vía administrativa en materia de prevención en el pasado ejercicio.

Conteniéndonos de indignación por el sarao al que estábamos asistiendo, les recordamos la sanción reciente impuesta por Inspección de Trabajo por el incumplimiento de las pausas PVD, seis mil euros; sanción que habían recurrido a pesar de que la Audiencia Nacional había dictaminado que por cada hora de trabajo efectivo correspondía 5 minutos de pausa visual..

Naturalmente la señora Calvet, haciendo muestra de su risa mostrenca, se defendió con el pobre argumento de que el descanso visual a los que los trabajadores tenían derecho no era materia de salud laboral, sino de organización de trabajo. Y ahí les teníamos a los dos, con la sonrisa fabulosa de oreja a oreja, como la de su encuesta, esperando nuestras firmas.

¿Qué habríais hecho vosotros? ¿Firmar? ¿Ser cómplices de aquella mentira para que la empresa recibiese un jugoso dinero a cambio de invertirlo en materia preventiva? ¿Qué garantía tendríamos de que cumpliesen su palabra? ¿Llegar con ellos a algún acuerdo por escrito cuando esta gente incumple sistemáticamente todos los compromisos?

GSS Line ha mostrado un desprecio supino por las condiciones laborales de sus trabajadores. Desde que se formó el Comité de Seguridad y Salud en Madrid (CSS), la dirección de la empresa, representada por Ana Calvet, ha intentado entorpecer su funcionamiento, primero, cuando se constituyó conjuntamente entre los delegados de prevención de GSS Line y GSS Venture, negándose a firmar el Reglamento de funcionamiento interno; y, ahora, con una audacia increíble, prohibiendo que exista un CSS conjunto sino separado, contraviniendo lo dicho por la Inspección de Trabajo, el espíritu de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y, lo que es peor, la pura lógica: ¿Qué sentido tiene que haya dos comités de seguridad y salud, cuando comparten el mismo edificio, las mismas condiciones de trabajo, las mismas áreas comunes y la misma dirección empresarial? Los caminos retorcidos de Ana Calvet conducen siempre al mismo sitio: anular por completo cualquier acción sindical en materia preventiva y ahorrar a la empresa todo tipo de inversión importante para que redunde en vuestra seguridad.

Vuestra salud en esta empresa se resiente; lo sabemos. Nos queda la denuncia a inspección de trabajo, llevarlos a los juzgados, pero necesitamos vuestro apoyo en lo más importante: las movilizaciones. Todos los días sufrís altas temperaturas que superan con creces lo permitido por las leyes. Se refugian siempre en lo mismo: pondremos el aire acondicionado. Pero nosotros y vosotros conocéis lo que pasa: un día funciona y el otro no; la distribución del aire es irregular, de tal modo que a algunos compañeros les cae sobre su cuerpo una corriente fría, con el consiguiente sufrimiento en los músculos y huesos, y otros continúan soportando un clima húmedo y asfixiante. Malestar general, cefaleas, fatigas y bajas laborales son consecuencias de esta situación que el departamento de prevención conoce perfectamente y no actúa en consecuencia, pues al timonel se encuentra Ana Calvet.

Les hemos denunciado en numerosas ocasiones y tienen por parte del inspector de trabajo de turno varios requerimientos. Llegarán las sanciones, pero sospechamos que esta empresa prefiere pagar las mismas, alrededor de tres mil euros cada una, que cambiar el sistema de ventilación del edificio cuyo coste es muy superior. Eso es lo que les preocupa vuestra salud.

Los delegados sindicales de CGT, junto con UGT, hemos denunciado por vía administrativa el estado lamentable de los suelos, y existe ya un requerimiento legal donde se insta a la empresa a que subsane cuanto antes todas las deficiencias encontradas, como las losetas que constantemente se despegan, con el consiguiente peligro para los trabajadores.

Les hemos denunciado por la pésima iluminación de muchos puestos de trabajo; y el inspector de trabajo ha sido muy claro con ellos: si continúan las deficiencias de las luminarias serán sancionados. A pesar de ello, hace unos días encontramos veinte fluorescentes apagados en la tercera planta del centro de trabajo de Alfonso Gómez 45. Cuando pedimos explicaciones a Javier Asensio, el otro técnico de prevención de la empresa, la respuesta fue demoledora: desconocía si estaban fundidos o habían sido los propios trabajadores los responsables de haberlos desconectado. Así se las gasta este buen señor, que llegó a la empresa hace aproximadamente ocho meses, con la ilusión de asesorar a los delegados de prevención y vigilar que la ley se cumpla, y debe ya haber sido aleccionado por Ana Calvet y su par, David Paz, de lo que significa este puesto en GSS.

Denuncia y denuncia: ese es el lenguaje que entienden, no nos cansaremos de repetirlo. Con una de ellas logramos por fin, tras reticencias y pataleos, que en los principales centros de trabajo de GSS existan hoy en día una sala para atenciones sanitarias. Otro requerimiento de Inspección de Trabajo que en este caso han debido de cumplir. Sed conscientes de esta existencia, pues tenéis todo el derecho de que en caso de verdadera necesidad, seáis atendidos en ese lugar.

Observad vuestras sillas: sucias y rotas, son las que os provocan luego dolores en la espalda, tendinitis, jaquecas constantes, estrés. Cada vez que nos quejamos, se ríen de nosotros. Se encogen de hombros con indiferencia y manifiestan con cinismo canalla que por ese motivo nadie se muere, y luego emplean esos vocablos que tanto les gustan, con los que se llenan la pedante boca: disconfort, inadecuada, inconveniente, eufemismos que ocultan vuestro dolor físico de todos los días.

Un ejemplo más de lo que les importa el estado de vuestra salud. La ley establece un máximo de 1000 de anhídrido carbónico en las oficinas y centros de trabajo. Hay muchas plantas en los edificios de GSS que superan los 2000. Hasta ahora la solución la han encontrado en airear las plataformas abriendo las ventanas, en vez de cambiar el sistema de ventilación mecánica. Hay un inconveniente en el edificio de Alfonso Gómez 45, en su ala oeste. Existe una farmacéutica que todos los días despide gases de sus chimeneas, gases que terminan entrando en las plantas que se pretenden airear.

Por otro lado, en el edificio de Miguel Yuste, un centro inaugurado recientemente, las ventanas están selladas, y las medidas de anhídrido carbónico se sitúan también en niveles escandalosos. Aquí no les queda otra que cambiar el sistema de ventilación; y nos tememos que no lo van a hacer. Cuando dispongamos de la información técnica de las mediciones del servicio de prevención ajeno que tiene contratado GSS, Unipresalud, que se publicarán recientemente, exigiremos las medidas de corrección correspondientes. En caso contrario, iremos otra vez a Inspección de Trabajo.

Pero no nos podemos quedar ahí. Es necesario, y lo repetiremos hasta la saciedad, vuestro apoyo. Que presentéis escritos exigiendo cambios de climatización en vuestros puestos de trabajo, como han hecho recientemente los compañeros de la campaña “Cuentas Nuevas”; que animéis a vuestros coordinadores a solicitar cambios de vuestras sillas dañadas… y que notifiquéis cada queja a los delegados de prevención. Pero lo más importante: acudir a las movilizaciones que os convoquemos. Será el mejor camino para conseguir que la empresa comience a respetarnos, que no nos vea simplemente como empleados a su servicio, sino como seres humanos; que respeten nuestra dignidad.

No, no firmamos aquella encuesta vergonzosa de los incentivos Bonus 10. Pero si diesen alguna distinción Malus a las empresas del sector, tened por seguro, que todos los delegados de prevención de GSS la certificaríamos con sumo placer.